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foto: oefa

Incendio en el corazón de la basura

Publicado: 2019-07-24


3:00 de la madrugada.

El corazón de la basura está a punto de arder.

Imaginamos que alguien camina con pasos sigilosos para no despertar a los perros. Lleva debajo de su ropa una botella de combustible y una caja de cerillas para concretar la idea más descabellada: incendiar el lugar más putrefacto de Coishco. Seguro de que nadie lo observa, una vez en el lugar, saca el líquido y prende fuego. La oscuridad se ilumina con las llamas anaranjadas de un falso crepúsculo.

El lugar es conocido como el botadero de Coishco, un descampado cerca de Chimbote, en el departamento de Áncash, donde la Municipalidad Provincial del Santa deposita toda la basura que produce la ciudad durante el día.

A las 3:00 de la madrugada del domingo 21 de julio de 2019 el lugar más sucio de Coishco estaba incendiándose, y nadie, ni los bomberos, ni la gente que trabaja en la zona, se explicaba el porqué. A esa hora de la madrugada, mientras el alcalde provincial del Santa, Roberto Briceño, quizás dormía a gusto, las familias que viven en las espaldas del botadero —solo un cerro las divide de la basura— despertaban alarmadas por la noticia del gigantesco incendio.

—No pasó mucho tiempo y empezamos a sentir la humareda.

Imaginemos el hedor de miles de metros cúbicos de basura acumulada entre varios cerros. Ahora imaginemos esa misma basura incendiándose, sudando por un calor infernal. No solo se trataba del mal olor, sino del humo tóxico que terminó afectando a niños, madres gestantes y ancianos de Coishco.

El incendio era incontrolable; los bomberos, sin los recursos para apagarlo, hacían lo que podían. Era la mañana del lunes 22 de julio, un día después, y la basura seguía ardiendo, ya no como el día anterior, pero aún se podía observar y oler el humo gris. 

¿Quién provocó el incendio? Hasta entonces el alcalde seguía imaginando que un enemigo suyo había causado tal catástrofe para dejarlo mal parado. Es más, los recicladores que trabajaban en el botadero aseguraban haber visto a una persona regando combustible, sin embargo, no saben cómo demostrarlo, y esa versión se esfuma.

El alcalde Roberto Briceño ha calificado el incendio como un boicot contra su gestión. Algunos piensan que son excusas para ocultar las deficiencias de su gobierno. Por su lado, la Fiscalía ha iniciado investigación para determinar las causas, mientras que el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental recordó que el 27 de diciembre de 2018 el Ministerio del Ambiente declaró en emergencia la gestión y manejo de residuos sólidos del distrito de Chimbote, en lo que respecta a la disposición final por residuos sólidos.

El alcalde de la Municipalidad Distrital de Coishco, Abel Sánchez Cruz, denunció a la municipalidad provincial por la contaminación ambiental que ocasionó el incendio de más de treinta horas. Exigió que las autoridades provinciales elijan otro lugar para depositar la basura.

En medio de la confusión por las causas del sospecho incendio, los voceros de la municipalidad del Santa dijeron que el objetivo es implementar un nuevo depósito de residuos en el lugar conocido como Pampa La Carbonera, en el distrito de Nuevo Chimbote. Lo malo es que aún no se ha terminado el proceso de adaptación, como la culminación de celdas transitorias para la disposición de los residuos sólidos.

Se sabe que la Municipalidad Provincial del Santa ya no deposita la basura en el botadero de Coishco y que ningún pirómano causó el incendio. Fueron los gases de la basura. Es como si el botadero hubiera cobrado vida para decir, entre llamas, que estaba harto de la inmundicia. 


Escrito por

Claudia Pisfil

Comunicadora social. Ante todo, periodista. Escribir con convicción. Áncash.


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