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Chimbote

Ciudad lamentable

Publicado: 2019-09-15


Una municipalidad. Un alcalde. Muchos trabajadores. Una municipalidad caótica. Un alcalde inconsistente. Muchos trabajadores sublevados. Un viernes por la tarde, una ciudad hedionda, un paro de trabajadores municipales, un servicio de limpieza pública suspendido, comerciantes informales en su paraíso. Un viernes por la tarde, una ciudad lamentable.

En la Municipalidad Provincial del Santa, cuando el alcalde Roberto Briceño Franco y el gerente municipal Jesús Rodríguez Fuentes hablan de los trabajadores el resultado es un desacierto. La división es innegable; el enfrentamiento entre servidores y autoridades, también. Menos puede negarse que, si existiera la posibilidad de linchar al alcalde, los trabajadores no lo pensarían dos veces.

Los trabajadores están empecinados en que la actual gestión les reponga un bono mensual de S/190, que fue recortado por la actual gestión debido a una recomendación de la Contraloría General de la República, que aseguraba que dicho aumento era ilegal. Por la suspensión de este pago adicional, conseguido con la firma de un pacto colectivo el año pasado, cuando Neptalí Briceño Porras era alcalde encargado, la gestión de Briceño Franco atraviesa, quizá, la peor crisis.

La falta de una estrategia de comunicación provocó el caos en Chimbote: dos días de paro dejaron la ciudad en un vertedero abominable. En cada esquina: basura, moscas y comerciantes informales. Pero los días anteriores al jueves 12 y viernes 13 de setiembre la violencia y la protesta ya había iniciado. En una ocasión, los trabajadores derribaron la puerta de la sala de regidores para exigirle al alcalde el pago de dos meses de trabajo.

El alcalde y su gerente municipal se expresan de los trabajadores como si estos fueran personas a las que se les tiene que tratar con ‘mano dura’ para que entiendan las reglas de casa. “Tienen que saber quién es la autoridad”, “No pueden hacer lo que quieren”. Briceño y Rodríguez, amigos de años, transmiten severidad cuando hablan del reclamo de los trabajadores, pero lo que no se dieron cuenta es que ni la ‘mano dura’ ni cualquier acto de severidad ha asegurado el éxito en las relaciones de grupo. Al final, tanta rigurosidad termina en rebeldía y deseos desesperados de libertad.

Es posible que eso haya ocurrido con los trabajadores de la Municipalidad Provincial del Santa, quienes con tal de conseguir la reposición del aumento eligieron la protesta y la violencia, por sobre todas las cosas, injustificadas.


Escrito por

Claudia Pisfil

Comunicadora social. Ante todo, periodista. Escribir con convicción. Áncash.


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