Guía para esposas
(o machismo)
Jamás había tenido la remota idea de que existiera la “Guía de la buena esposa”. Hoy es martes y, mientras me dispongo a leer las noticias en el ordenador, una maniobra involuntaria me lleva a otra página. La imagen que aparece es la de una mujer arrodillada; a su costado, un balde y un jabón; en sus manos, una escobilla de esas que se usan para limpiar. Ella aparece fregando el piso; en la parte superior del banner dice “Arregla tu casa”. No es broma. No. La “Guía de la buena esposa” existe y fue publicada en 1953 en España. Es un manual con 11 reglas “para mantener a tu marido feliz”, es una suerte de mandamientos que promueven algo así como la adoración al hombre. No es más que una reverenda aberración, la carta de presentación del machismo hegemónico. “Ten lista la cena”, “luce hermosa”, “sé dulce e inteligente”, “hazlo sentir en el paraíso”, “prepara a los niños”, “minimiza el ruido”, “procura verte feliz”, “escúchalo”, “ponte en sus zapatos”, “no te quejes”. Son las 2 de la tarde, nadie ha cocinado ni ha limpiado la casa.